Reflexiones sobre la aplicación inteligente de la IA tras una clase magistral con John Atkinson-Abutridy: la IA no es una solución mágica; a veces, un Excel es todo lo que necesitas. Descubre cuándo usarla y cuándo no.
Hoy, junto a Diego, tuvimos la suerte de asistir a una clase magistral de John Atkinson-Abutridy en la Universidad del Bío-Bío. No exagero cuando digo que este hombre es una enciclopedia viviente de la IA en Chile. Con 27 años de experiencia, creó el primer máster de IA y dirigió el primer laboratorio de inteligencia artificial en el país. Pero lo que realmente me impactó fue su visión crítica sobre el uso (y abuso) de esta tecnología.
John nos recordó algo que en woku tomamos muy en serio: la IA no es una varita mágica. No está aquí para resolver todos los problemas, y mucho menos para ser aplicada a lo loco solo porque “es la tendencia”. Es como si creyéramos que un chatbot va a salvar una mala experiencia de cliente… Spoiler: no va a funcionar si el cliente lleva tres semanas esperando un producto que no llega o si el servicio tiene más bugs que una aplicación de los 90. Primero hay que arreglar lo básico.
La reflexión de John fue directa: antes de implementar IA como si fuera la última Coca-Cola del desierto, las empresas deben solucionar los problemas de raíz. ¿De qué sirve tener un sistema de IA que responda en dos segundos si el producto que llega al cliente está mal o si la atención de servicio es regular?
Esto aplica a todas esas veces en que vemos empresas lanzándose de cabeza a implementar IA sin pensar bien en el problema real. Es como querer sumar 2 + 2 con una computadora cuántica porque es “lo más pro del momento” cuando, en realidad, con un buen Excel tienes más que suficiente. Ojo, que no hay nada de malo en el Excel, John nos lo dejó claro: ¡a veces menos es más!
En woku, creemos en el uso inteligente de la inteligencia artificial. Usamos IA para dar sentido a los datos y ayudar a las empresas a comprender mejor a sus clientes, sí. Pero siempre con el pie en la tierra. La IA puede ser una herramienta poderosa, pero no funciona si se usa por el simple hecho de “estar a la moda”. Y después de escuchar a John, me quedó aún más claro que el éxito en la experiencia del cliente no siempre depende de un algoritmo, sino de algo tan básico como cumplir con lo prometido.
Esta clase no solo fue inspiradora, sino también una buena sacudida de realidad. Escuchar a John me recordó que en woku vivimos en un constante proceso de aprendizaje y adaptación. Porque, si algo quedó claro hoy, es que el cambio no es solo una opción; es una constante. Los clientes y sus necesidades evolucionan tan rápido como la tecnología misma, y la economía, bueno… ¡eso sí que es una montaña rusa!
Así que hoy salí no solo inspirada, sino también con un recordatorio tangible: Large Language Models, el libro que me gané en un sorteo en LinkedIn (aunque no lo crean, fue mi día de suerte). Para mí, este libro será más que una fuente de conocimiento; será un recordatorio de que en el mundo de la IA, la mejor práctica es usarla con criterio… y saber cuándo no usarla. Porque, al final del día, una herramienta poderosa solo tiene valor si se aplica en el contexto adecuado.