Impulsa el crecimiento de tu empresa al colocar el marketing y la marca en el centro de tu estrategia. Conoce las claves que te ayudarán a multiplicar el éxito y superar a la competencia.
¿Sabías que las empresas que ponen al marketing en el centro de su estrategia crecen más rápido? Un estudio reciente de McKinsey revela que aquellas que priorizan el branding y la publicidad como pilares estratégicos tienen el doble de probabilidades de lograr un crecimiento de ingresos del 5% o más. Esto es válido tanto para empresas B2B como B2C.
El marketing, más que solo publicidad, es una pieza clave para identificar dónde está el verdadero valor de tu negocio. Las empresas de alto crecimiento invierten tres veces más en marketing, demostrando que entender y conectar con tu cliente es la clave del éxito.
A pesar de la importancia del marketing, muchas veces existe una desconexión entre la dirección general de la empresa y el área de marketing. Mientras los directivos piensan en la rentabilidad, los líderes de marketing están enfocados en la experiencia del cliente. Esta falta de alineación puede frenar el crecimiento. Para evitarlo, es fundamental que ambos roles trabajen juntos, definiendo claramente qué se espera del marketing y midiendo su impacto con indicadores que reflejen el retorno de la inversión.
El éxito del marketing no depende solo de tener un buen equipo, sino de contar con una figura clave: el defensor del cliente. Este rol puede ser desempeñado por el líder de marketing u otra persona en la organización, pero su función es clara: representar la voz del consumidor en cada decisión estratégica. Este enfoque asegura que las acciones de la empresa estén orientadas a las necesidades reales de los clientes, creando un vínculo más fuerte y duradero.
El marketing no solo se trata de lanzar campañas, es parte integral de la estrategia de crecimiento. Los Directivos deben convertirse en coaches de sus equipos de marketing, aprendiendo de cerca cómo estas estrategias se alinean con los objetivos globales de la empresa. Al hacer del marketing el motor del crecimiento, no solo se incrementan las ventas, sino que se construyen relaciones duraderas con los clientes.